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elocuencia, lenguaje poético, metáfora, poesía, poeta, sentido figurado, teoría de la metáfora
No es tener hambre, sino ‘morirse de hambre’; ni llorar, sino ‘deshacerse en llanto’; ni confesar, sino ‘abrir el corazón de par en par’. Nuestro cuerpo se multiplica al multiplicarse el cimiento de nuestro discurso. El drama de nuestra vida reside en la metáfora.
Lilliana Ramos Collado
Una amiga me pide que le pida a la poesía que me rapte para que, englutida de su aura, les cuente —en la lengua apropiada— sus efectos secundarios. Si bien me convida a tarea tan hermosa, nada de simple tiene, y así convido a la poesía a que se sirva de mi voz para desde mí vocear sus instrumentos. Y que el convite lo cite De Palabras, Inc., es decir, que se nos haya invitado desde la incorporación de la palabra al cuerpo de los poetas, basta para pedirle al cuerpo que responda a la tarea como algo que tiene que ver con la materia, con un canto del canto, con un cantito de su cosa para saborear lo que de duro y dulce tiene ésa que anda suelta amarrando las palabras y las cosas: la poesía.
Y comienzo pues con un melifluo priamel en imitación de la celebérrima y pluscuamfamosa Safo de Mitilene*: “No el homo sapiens, no el homo ludens, no el homo ridens, sino el homo recitans es lo que hallo más hermoso sobre la faz tierra”. Desde tiempo inmemorial, se ha tenido la intuición de que lo que nos separa del resto de la creación animal y vegetal no es nuestra capacidad de pensar, ni de jugar, ni de reír, sino la capacidad voluntariosa e incluso espontánea de acercarnos al mundo desde el cristal refractante y variopinto de la metáfora. Decir “la tarde cae”, “ten pendiente que no te coja la noche”, “la muerte tocó a su puerta”, “te comería con los ojos”, “tus labios son de color puta pasión”, “se lo llevó el viento”, nos deja ver que está ya dispuesto en nuestro proceso mental hallar atrechos válidos por el extravío del lenguaje, y el atrecho más maniobrado es, precisamente, la metáfora.
George Lakoff, Paul Ricoeur, Claude Levi-Strauss, Marcel Mauss, Paul Le Guern, Marcel Proust, Jorge Luis Borges hablan de la metáfora como la condición de posibilidad de un lenguaje comprensible. La metáfora, por un lado, representa nuestra capacidad aparentemente infinita para encontrar mundos delante y detrás del mundo, para encontrar redes complejas de analogías y paradojas, para tallar —en la monotonía de la libre y errática asociación de ideas— vínculos cristalinos que amplíen la modestia esencial del diccionario. Nuestra vida rastrera y cotidiana se ceba de metáforas que, si bien simples y socorridas, nos ayudan a decir más con menos y a significar más que con una sola mano. “Mano de obra”, “cabezas de ganado”, “día de cobro”, “remordimiento”, son palabras y frases cuyo apretujamiento semántico nos permite elevar el día a día a otro nivel de expresión. No es tener hambre, sino “morirse de hambre”; ni llorar, sino “deshacerse en llanto”; ni confesar, sino ”abrir el corazón de par en par”. Nuestro cuerpo se multiplica al multiplicarse el cimiento de nuestro discurso. Nada queda incólume. El drama de nuestra vida reside en la metáfora. Sin metáforas, el diccionario sería gigantesco, imposible de dominar. La metáfora nos permite condensarnos, sugerir, describir, misteriar con menos palabras.
Me refiero a eso que llaman por ahí “el sentido figurado” que aporta el instrumentario hábil y elocuente de la retórica, cuya mejor característica es que se la puede usar sin conocerla, pues todas las llamadas figuras retóricas son fórmulas lingüísticas que están con nosotros desde que aprendemos a escuchar y a comprender aquello que se nos dice. Al apalabrarnos, entramos a su uso como quien ya lo sabe todo. Somos complejos, y eso lo sabemos porque recurrimos constantemente a la metáfora. Como si la metáfora fuera la casa a donde las palabras van a criarse y a crecer, y a multiplicar su sentido.
Los antropólogos nos advierten también que ni perros ni gatos, ni rosas ni musgo pueden producir metáforas, es decir, dotar al lenguaje de un orden secundario, de un sentido más allá del sentido, a modo del que dice dos cosas con decir apenas una. Si la capacidad metafórica nos hace especie definida entre toros, serpientes y cobitos, definitivamente es la capacidad de pensar en poesía lo que nos distingue de los demás cuerpos vivos.
Así puedo afirmar que el efecto primario de la poesía no es ayudarnos a producir poemas, sino a ser humanos. Como humanos, producimos poemas sin querer y queriendo, y en ese propósito o en la falta de él podemos distinguir a los poetas poetas de los poetas naturales, aquellos que dicen “la noche cae” o “tengo una prisa loca”. Habría que decir que todos somos poetas gracias a la metáfora porque ésta nunca se nos cae de los labios. Y si ahora me preguntaran cuál es o cuáles son los efectos secundarios de la poesía yo tendría que decir que a estas alturas ya eso no me importa, pues por ahora me basta saber que, si somos humanos, somos necesariamente poetas, y que, si somos poetas, lo que nos faltaría sería dar el salto a una poesía deliberada, pensada y afilada, tallada en el fuste enriquecido del lenguaje, flor de la palabra, aguja de marear en el océano del verbo, látigo para azuzar la imaginación, murmullo confuso donde pelean los vocablos, ejercicio de selección, luz del canto, gran casa partera. Y ya.
20 de febrero de 2013, Librería La Tertulia, Río Piedras
* Amigos, quiero compatir con ustedes el priamel de Safo:
«Algunos dicen que un ejército de caballería, o de infantería, o una escuadra de navios, es lo más bello sobre la oscura tierra.Yo digo que lo más bello es lo que uno ama.»
Para más sobre el priamel: http://es.wikipedia.org/wiki/Priamel
Jesús Santiago dijo:
Lo leí aquella madrugada que lo subiste al blog. Hoy lo releo y lo encuentro más brillante aún. Lo voy a utilizer en mi curso de Géneros Literarios. Gracias Liliana por compartirlo. Un abrazo.
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bodegonconteclado dijo:
Gracias, Jesús!!! Luego me cuentas cómo te fue!!!
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Jan dijo:
Hola Lilliana,
precioso artículo este que nos regalas. Ciertamente si algo diferencia a la especie humana de las demás especies es la capacidad creativa e imaginativa, y entre los mayores placeres a nuestro alcance está el de disfrutar de su manifestación en las diversas expresiones artísticas. Manifestación que tantas veces se vale de la poesía y la metáfora, y en el caso de la obra de Chema Madoz, de forma visual. Permíteme que te deje unos enlaces, el primero a la exposición «Ars combinatoria» sobre éste fotógrafo que recientemente he disfrutado en Barcelona:
http://www.lapedrera.com/es/chema-madoz-ars-combinatoria-0
Y este otro de su web:
http://www.chemamadoz.com/
No me resistí a dejar aquí nota de ello, como ejemplo de artista que concibe la poesía y la metáfora a través de la imagen visual.
Abrazos desde Barcelona, Catalunya, España.
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bodegonconteclado dijo:
Jan, gracias por leer y comentar, precisamente anoche estábamos conversando sobre Madoz. Nos visita desde Madrid Tonia Raquejo, especialista en Land Art e investigadora en la Complutense, y discutíamos sobre las metáforas visuales de este fotógrafo, que nos gusta mucho. Fue una larga conversación, y me pareció extraordinaria coincidencia leer tu comentario y tu recomendación en cuanto a él. Claro, comentábamos anoche su conversación con la pintura conceptual de Magritte y sobre la ‘Denkbild» que ha estudiado recientemente Gerhard Richter como una aportación importante a un lenguaje figurado filosófico. Es un gran tema, Jan, y creo que Madoz, en esto, se lleva la parte del león, pero sin el abuso del león!!! Saludos!!!
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Jaime Fernández dijo:
Hermoso e instructivo artículo sobre esa figura del ingenio humano que es la metáfora que humaniza aún más nuestro lenguaje. Enhorabuena, Lilliana. Permíteme otra metáfora: lo has bordado.
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bodegonconteclado dijo:
Jaime, gracias por tu comentario. Bordar! 🙂
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Domingo dijo:
Si el vaso rebosa la palabra que vierte, que le queda sino el silencio o dar gracias a la jarra que le colma.
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bodegonconteclado dijo:
Siempre hay una jarra que llenará la jarra que llenará la jarra que llenará el vaso. Soy paciente. Por eso me vacío sin temor. Sé que el agua está cerca. Gracias, Domingo! Lo que has dicho es verdaderamente hermoso. Ves? Hoy tú has sido la jarra.
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dorisan dijo:
Excelente ensayo, magnifica forma de presentar la palabra y por supuesto el dominio de la palabra…. He aprendido mucho de tu elocuencia y buen hacer literario. Muchas gracias por enviarme cada vez que escribes algo en este blog. Abrazos
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bodegonconteclado dijo:
Hola, Dorisan! Gracias por leer y comentar!!!
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Elsa Tió dijo:
Somos albañiles de la palabra, es una gran construcción colectiva que embellece la lengua y el alma de los pueblos.
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bodegonconteclado dijo:
Sí! Elsa, todas esas «metáforas de la vida cotidiana» son como los refranes, literalmente tallados por la humanidad entera a lo largo de siglos.
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Elsa Tió dijo:
lo ha dicho usted con exactitud tomo siglos liberar una lengua y recrearla,
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Elsa Tió dijo:
Como he disfrutado tu magnífico ensayo, que es otra metáfora, sin metáfora no hay poesía, es su substancia , también he escrito un trabajo sobre la metáfora, partiendo de esa misma premisa, que la metáfora es parte de nuestra vida diaria, es voz del pueblo, luego te lo mando completa, pero aquí una parte – –
Para ilustrar la metáfora antropomórfica oigan lo que hacemos en nuestro diario vivir al hablar utilizando las partes de nuestro cuerpo que como verán además de servir para una clase de anatomía, y para el amor , son útliles y necesarias para jugar con las palabras . Ejemplos
El ojo del agua, la boca del río , el brazo de mar, el pie de imprenta ,un codo de bronce, una mano de guineo. Dos dedos de vino, una cabeza de ajo, la garganta del monte ,el cuello de la botella , el ombligo del mundo ,el pulmón de la ciudad , el vientre de la ciudad, los dientes de serrucho , el costillar del barco , la naríz del barco , la coyuntura política, la lengueta del zapato, hombro con hombro , hizo el examén con los pies, el culo de la botella, la circulación del tráfico, el grito de Lares (sublevación) , Mi Costilla (mi esposa) ,( noticiero ) Ojos y oídos del mundo , las entrañas de la tierra, el cuerpo del delito, los miembros del organismo, el corazón del rollo , se le vieron los colmillos, o enseño sus dientes ,o sacó las uñas ( para decir que se quito el antifaz de su maldad) risueño amanecer , y cuando no se nos quita una idea de la cabeza decimos que lo tiene entre ceja y ceja. Y sentimos retumbar las voz de trueno, y nada se le escapa al ojo de lince , y la persona que tiene tacto , le decimos que tiene mano de seda , y ante un problema o temor decimos que se nos forma un nudo en la garganta, una nube en los ojos, un peso en el corazón, y una espina en el alma , y eso lo llevamos con pies de plomo , que es otra metáfora.
Y en las palabras está el secreto de lo que podemos descubrir descubriendonos …, ..
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bodegonconteclado dijo:
Gracias, Elsa, por ayudarme a seguir construyendo. Tu comentario me parece genial!!!!
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Ivonne Prats dijo:
Gracias, que buen desayuno….
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bodegonconteclado dijo:
Buen provecho… y gracias a ti, Ivonne, por desayunar en este Bodegón. 🙂
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Donald Escudero Rivera dijo:
Somos y no somos. Somos sin querer y queriendo. -maravilloso- Muy cierto y bonito este ensayo. Queriendo y no queriendo logramos cautivar o espantar a nuestros semejantes, pero que mayor satisfacción que hacerlo creando significando con la poesía cotidiana o elaborada. Gracias Lilliana.
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bodegonconteclado dijo:
Abrazo, Donald! Tengo unos libros para ti. Perdona el lío, pero estoy en arrope total!
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Donald Escudero Rivera dijo:
Espero que ese arrope sea bueno! Enhorabuena 😉 Luego hablamos.
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bodegonconteclado dijo:
Es bueno y no lo es. estoy agotada!!!!!
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