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Por Lilliana Ramos Collado

¿Qué vio Suzanne Jill Levine en Mundo cruel? “Humor, una gran humanidad y el reto de un lenguaje revoltoso, caribeño, lleno de oralidad y desenfado.”

Mundo Cruel. Stories. Luis Negrón. Translated by Suzanne Jill Levine. New York: Seven Stories Press (2013).

Leí en 1992 The Subversive Scribe. Translating Latin American Fiction (1991), de la hoy pluscuamfamosa traductora norteamericana Suzanne Jill Levine. Se trata de un libro de poética de la traducción que revela cómo Levine logró traducir con éxito a autores de la talla de Guillermo Cabrera Infante, Manuel Puig, José Donoso, Julio Cortázar, Severo Sarduy, Adolfo Bioy Casares… Fue casi 20 años después, en la plena madurez de una carrera espléndida como traductora de los autores latinoamericanos más retantes, que ella incursionó en la literatura puertorriqueña contemporánea.

En 2011, Seven Stories Press—una pequeña pero muy bien considerada editorial con base en la ciudad de Nueva York— comisionó a Levine la traducción al inglés de Mundo cruel, en un momento en que este primer libro de Luis Negrón ya había alcanzado tres ediciones en Puerto Rico, una en Costa Rica, y una traducción al portugués en busca de editor. Levine se había distinguido como traductora audaz, ingeniosa, heterodoxa, casi milagrera, al enfocar su trabajo en autores que se habían dedicado a torcer el idioma español. En años recientes había sentido  que “los autores latinoamericanos estaban perdiendo su chispa.” En medio de aquel desaliento se tropezó, literalmente, con Mundo cruel (2010), apareció en su vida Luis Negrón, y recuperó su entusiasmo, según expresó ella misma en una presentación en Nueva York de su traducción , titulada Mundo Cruel —así, en español— en febrero pasado.

¿Qué vio Levine en Mundo cruel? “Humor, una gran humanidad y el reto de un lenguaje revoltoso, caribeño, lleno de oralidad y desenfado,” dice. Ella se sabe los trucos de la oralidad, del slang. Y le regusta jugar con el lenguaje. Luis Negrón, you met your match!

Mundo cruel es un libro incómodo que desafía lo que en el mundo gay local es politically correct. Se invita al lector a reírse de todos, sean straight o gay. El lenguaje se vuelve espinoso, torcido, plural. Pero el lector bilingüe capta, si compara el Mundo cruel de acá con el de más allá, que mientras el texto original está enmarcado en un idioma y en unas formas de expresión, la traducción es literatura deliberada que se divierte en ir y venir entre los dos idiomas.

Varias prácticas del proceso de traducir han sido esenciales para el éxito de esta traducción que, según la reseña del Publisher’s Weekly, fue uno de los libros más importantes en los Estados Unidos la semana en que se lanzó a las librerías. El reto para Levine fue trabajar en colaboración con el autor y con el editor, repensar el texto original en el otro idioma, crear puentes idiomáticos y asumir el humor como determinante del valor de este libro tan desobediente.

Resulta evidente que los cuentos más fáciles de traducir fueron El jardín, Botella y Mundo cruel. Los más difíciles por su oralidad cafre y altisonante: El elegido, Por Guayama, La Edwin y Junito. Esos necesitaron la participación de Negrón, sobre todo por el slang de la comunidad gay de Santurce, camp puertorro, igual de melodramático y cursi que La Lupe cubana que Susan Sontag comenta en su brillante ensayo  «Notes on ‘Camp'».

Muchas frases se quedaron en español para subrayar la extrañeza de ese mundo—el título del libro, por ejemplo—, y el melodrama de la ambigüedad de género en frases como «la Carlos», que son, técnicamente, intraducibles y que sumen en ellas el nom de guerre de las prostitutas y de las locas mariconas del panteón gay latino. Y mucho se tradujo también al lenguaje cotidiano de la comunidad puertorriqueña o latina en Estados Unidos. Nos dice Levine: “Los textos originales y las traducciones —actos de comunicación— triunfan y fracasan, y ambos satisfacen y subvierten el impulso de comunicar…. Por eso me he enfocado en autores que afirman que los originales se traicionan a sí mismos.” Los textos retorcidos de Negrón son ese tipo de texto original que se traiciona a sí mismo, por lo cual de este proceso de makeover es que surge, en inglés, un Mundo Cruel genial, sobre todo, difícil de agarrar. Si bien el texto en español de Luis Negrón es una diversión, una ambulación fuera de la ruta del humor fácil y de las propuestas de género dóciles y chatas, la traducción lo sigue puntualmente con su humor complejo y sus propuestas de género incómodas, críticas, inesperadas.

Casi todo el libro depende de un humor situacional que aumenta en el desarrollo de la trama, y la risa nos estalla en los labios cuando, en un momento crítico, el personaje suelta alguna palabreja equivocada, alguna frase melodramática e inútil, algún despropósito que revela su personalidad fatua, mezquina o vengativa. La traducción de Levine es tan atinada que me reí en los mismos sitios en que me reí leyendo el texto original. Sobre todo en The Chosen One y en For Guayama. Y me reí un montón.

Por ejemplo, cuando en Por Guayama encarcelaron a Naldi por contrabando de pasaportes y tarjetas de crédito que unos dominicanos metieron dentro del cadáver embalsamado de su perrita Guayama, le escribe a Sammy: “Please send the money to the lawyer because my sister won’t even answer my calls. Guayama is in the freezer in the federal building. Now she’s evidence.”

Evidencia de que, mientras los Estados Unidos le dicen “hello!” a Mundo Cruel en su entrada triunfal a las Grandes Ligas, nosotros por acá seguiremos riéndonos de nosotros mismos con bastante desenfado.

Hay otros artículos sobre Mundo cruel, de Luis Negrón, en Bodegón con Teclado:

¡Adiós, mundo cruel! Los bajos fondos de Luis Negrón

Don’t you get it?!?!?! El humor cruel de Luis Negrón

[La versión original de esta reseña se publicó en el Suplemento ¡Ea! del Periódico El Nuevo Día el 7 de julio de 2013.]