por Lilliana Ramos Collado
“Es posible obtener una imagen que resista
toda prueba gracias a lo que tenga
de definitiva, de justa.” —René Magritte
Como la pintura, la fotografía inventa. Del lado de acá, quizás haya prometido realidad, pero le vemos a veces la intención de travestirse en otra cosa, más allá de darnos la ilusión. Reconocemos en la foto algún rasgo de verdad que nunca desmiente su voluntad de fábula. Es la historia que insinúa la foto lo que nos devuelve al artilugio de una representación. Así, por su cualidad definitiva y justa, tan contraria a lo real, la foto se alza como imagen de otra cosa, de una alusión, de un querer decir lo otro, y de otra forma. La serie fotográfica Desde la otra orilla, de Tari Beroszi, insiste en esto: aquí no hay fotos solitarias: todas son facetas de un concepto: la viajera inmóvil, la paradoja. Sigue leyendo