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caminar, ciudad vs. campo, David Le Breton, Juan Antonio Corretjer, silencio, viaje
Unión y separación del entorno expanden el alma y la cuajan al descubrir sentidos nuevos de nuestro lugar en el mundo. Al caminar salimos hacia el mundo para hacerlo nuestro.
por Lilliana Ramos Collado
… nos alecciona nuestro Juan Antonio Corretjer en uno de sus poemas más bellos y pertinentes. Y abraza así una larguísima tradición de caminantes cuya andadura recoge una vida de pensamiento, de aventura, de aprendizaje existencial.
Viajeros, deseosos, fugitivos, peregrinos, penitentes, averiguaos, turistas del misterio de lo que hay “al otro lado del monte”, han cruzado nuestro planeta en busca de algo que aún no saben que no saben, pero que intuyen esencial para culminar su existencia. Caminar, andar, vagabundear son verbos no solamente infinitivos, sino infinitos. Ni con la muerte cesa el tesón del alma andariega, ni con el amor, ni con el deber. En realidad, el andarín anda por andar. El camino nunca termina.