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El rostro del actor es el lugar del Otro, el cuerpo entero del actor es un rostro que se regodea en la otredad.
por Lilliana Ramos Collado
Recuerdo haber visto, hace muchos años y en una vitrina de San Juan, la portada de un libro de Annie Lebowitz. En ella, el rostro de Meryl Streep, embadurnado de pintura blanca, sus dedos halando sus mejillas hacia arriba y hacia abajo. Y pensé en las increíbles y sutiles y contundentes actuaciones de Streep en películas diversas, siempre diferentes, ostentando siempre su capacidad camaleónica para ser otra que sí misma. El rostro del actor es el lugar del Otro, el cuerpo entero del actor es un rostro que se regodea en la otredad.
Por eso me gusta recodar juntos dos textos teóricos de la actuación que mucha gente estima opuestos. De Konstantin Stanislavski, Un actor se prepara, y de Bertolt Brecht, el brillante ensayo titulado “El actor chino”. Sigue leyendo