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Evadne Las suplicantes, La Celestina, Melibea, Nicole Loraux, suicidio femenino, Thelma & Louise
Escribo este breve ensayo en homenaje a Evadne, a Melibea, a Thelma y a Louise… mujeres que decidieron lanzarse al vacío cuando descubrieron que no había lugar para ellas en el mundo tal como lo conocieron.
[Frente a un precipicio en el Cañón del Colorado
y con la policía detrás de ellas]
Thelma: OK, escúchame: no nos dejemos agarrar.
Louise: ¿Qué estás diciendo?
Thelma: ¡Síguelo!
Louise: ¿Qué quieres decir?
Thelma: …¡Dale!
Louise: ¿Estás segura?
Thelma: ¡Sí!. ¡Písalo!»
por Lilliana Ramos Collado
- … y para terminar…
Al[1] final de La Celestina, de Fernando de Rojas, Pleberio se lamenta amargamente no sólo de la muerte de Melibea, su única hija, sino de la absoluta carencia de modelos para poder formular su lamento y plantear inteligiblemente su dolor:
Pleberio—…desconsolado viejo, ¡qué solo estoy! Yo fui lastimado sin aver ygual compañero de semejante dolor, aunque más en mi fatigada memoria rebuelvo presentes y passados… Que todo esto es bien diferente a mi mal… ¡O incomparable pérdida! ¡O lastimado viejo! Que quanto más busco consuelos, menos razón fallo para me consolar.[2]
Ocurre que la ‘tragedia’ de Pleberio radica, precisamente, en el darse cuenta de que se halla ante un vacío, ante una situación que ha creado nuevas relaciones de producción de sentido que él no está preparado para descodificar. Pleberio se encuentra ante el desastre. Su dolor, huérfano de modelos, se traduce en perplejidad: su fórmula principal es la pregunta. Al carecer de respuesta, la obra termina, pero no cierra:
Pleberio—¡O mi hija despedaçada! … ¿Por qué me dexaste cuando yo te havía de dexar? ¿Por qué me dexaste penado? ¿Por qué me dexaste triste y solo in hac lacrimarum valle?[3] Sigue leyendo