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bleak house, Casa desolada, Charles Dickens, La carta robada, Lacan, novela detectivesca, novela gótica, Phiz, teoría de la narrativa
por Lilliana Ramos Collado
“En el texto, el único que habla es el lector.”
—Roland Barthes, S/Z
0. Una breve teoría de la novela
Si bien La tienda de antigüedades (The Old Curiosity Shop), de Charles Dickens, es un tratado sobre la escritura, su Casa desolada (Bleak House) es un tratado sobre la lectura. Construir la novela, retar su profecía, leer el enigma que es, contestar la pregunta que deja abierta, acceder a su aventura, de eso se trata Bleak House. Y la exposición de esta teoría reside en la productividad del lector, apoyado, a su vez, en la productividad de los testigos principales de la historia: sus dos narradores. Para una sinopsis de la novela, pulsa aquí: http://en.wikipedia.org/wiki/Bleak_House .
La trama de Bleak House y la actividad respectiva de cada narrador ocurren y se desarrollan desde la pregunta básica que habrá de contestar el lector: “¿azotarán a la hija los pecados de la madre?”[1] Contestar que sí o contestar que no a esta pregunta resultarán en dos novelas completamente diferentes: la que contesta que sí será una novela fatalista, cerrada, apocalíptica, donde el castigo marcará la clausura y reafirmará la inamovilidad de un orden perenne. La que contesta que no será una novela de redención que le abrirá la puerta a un orden nuevo y que propondrá un nuevo sistema de valores. Cada detalle, suceso, personaje y palabra estarán al servicio de la actividad hermenéutica del lector, entregada a contestar el enigma. Bleak House es, pues, lo que Julio Cortázar llamaría un “modelo para armar”. Sigue leyendo