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Adam Phillips, Aquiles Tacio, besar, beso, Gran Fury, kiss, kissing, Lucrecio
por Lilliana Ramos Collado
Me levanté besucona hoy, y busqué mi antología personal de besos. He ido acumulándola por un interés personal: toda mi poesía viene de la literatura antigua —la poesía antigua no diferenciaba entre el amor heterosexual y el homosexual— pues de ella viene, sorprendentemente, esa equidad sexual de la que habla Adam Phillips, en la cual no hay jerarquía entre dos personas que se besan. De esos soberbios escritores, de su pensamiento, de su saber saborear el saber del deseo, viene mi aprendizaje poético. Eran más valientes, más observadores de los cuerpos que la mayoría de los escritores que creen que escriben poesía erótica en Puerto Rico hoy. Poca gente todavía lee a Lucrecio, a Safo, a Catulo, a Longo, a Caritón de Afrodisias, a Aquiles Tacio, a Helidoro, a Ovidio, pero yo sigo repasándolos y repensándolos, pues me encantaría saber a ellos, saber su sabor y su saber.
Quiero compartir con ustedes algunas de las reflexiones más interesantes que he encontrado, algunas antiguas, y otras contemporáneas cuya lucidez y pertinencia las asimila a ese antiguo saber:
“Dado el extraordinario virtuosismo de la boca, nos trae algunos de los placeres de comer incluso en ausencia de alimento. […] Freud escribe que besamos a otros en la boca porque no podemos besarnos a nosotros mismos. […] Los estilos de besar pueden ser observados, pero son difíciles de describir, como si el beso se resistiera a la representación. Llama la atención el que, distinto a otras formas de la sexualidad, haya pocos sinónimos para “besar”. No ha generado mucho slang o adquirido lenguaje mediante el cual pueda ser re-descrito. El hecho es que el beso es una especie de relato en miniatura. […] La forma en que una persona besa y le gusta que le besen muestra, de forma condensada, algo de su carácter. […] El beso es elemento fundamental en el proyecto siempre en marcha de determinar para qué sirve la boca. […] Sigue leyendo