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ariadna, Aurea Sotomayor Miletti, Bodas de Tetis y Peleo, Catulo, la mujer abandonada, Ovidio, Virgilio
por Lilliana Ramos Collado
Cuerpo nuestro, Áurea María Sotomayor Miletti. San Juan. Folium Editores (2013).
Mientras leía Cuerpo nuestro, el más reciente poemario de Áurea María Sotomayor Miletti, recordaba mi primer desencuentro con los “clásicos”: un larguísimo poema de Catulo que narraba las bodas de Tetis y Peleo (los padres de Aquiles… sí, “el de los pies ligeros”). Como regalo de bodas, los novios recibieron de los dioses un espléndido tapiz para adornar la cama nupcial.
El tapiz representaba una escena inesperada: la bella Ariadna, arrodillada en una playa desierta, lloraba de tristeza y rabia al haber sido abandonada allí por su amante, Teseo. Ariadna le había ayudado a matar al Minotauro prestándole un hilo, y a cambio, el joven amante la había dejado atrás. Ariadna fue la primera mujer abandonada en la literatura occidental. En el poema de Catulo, el rico tapiz augura que Peleo abandonará a Tetis para convertirse en un guerrero famoso. Tetis, enamorada, no se da cuenta de ese mal augurio, y un día, sus amorosos brazos se quedarían vacíos, y ella también lloraría sola en una playa.
Con maestría sobrecogedora en el verso, Áurea María Sotomayor Miletti somete a una minuciosa cirugía el cuerpo dolorido de la mujer dejada atrás.